
Concepto y diseño espacial:
El proyecto de remodelación para el local “natoo” responde a un enfoque integral de diseño biofílico, cálido y funcional, alineado con la propuesta de valor de la marca: alimentación saludable, fresca y de origen natural. La intervención se centra en la creación de un espacio que transmita bienestar y sencillez, sin perder eficiencia operativa en un entorno de alta circulación como es un aeropuerto.
La premisa conceptual fue clara: crear un oasis natural dentro de un entorno urbano y acelerado, utilizando materiales nobles, formas orgánicas y una paleta cromática suave que invite a una pausa saludable.
Lenguaje formal y materialidad:
La fachada se articula mediante un marco negro sobrio y elegante, que enmarca el nombre de la marca en una tipografía retroiluminada minimalista, funcionando como identidad y faro visual desde las zonas de espera. La transparencia visual del local se potencia con un cierre abierto, permitiendo máxima conexión entre el interior y el entorno peatonal del aeropuerto.
En el interior, se utilizaron revestimientos de madera contrachapada natural (plywood) en paneles con cortes orgánicos que generan dinamismo y suavidad al espacio. Este tratamiento fluido se refleja en los muros perimetrales y el cielo falso escultórico con formas onduladas que evocan la naturaleza y el movimiento del agua o el viento.
El mobiliario fue diseñado en sintonía con el concepto: mesas altas y barras en madera clara con estructuras metálicas negras, generando un contraste sobrio y moderno. La distribución abierta permite fluidez en la circulación, tanto para usuarios como para el personal de atención.





El resultado de la remodelación de natoo es la construcción de una atmósfera saludable que trasciende la funcionalidad gastronómica, convirtiendo el espacio en una extensión física de la promesa de la marca: bienestar, naturalidad y pausa consciente en medio del vértigo aeroportuario.
El diseño logra una identidad espacial clara y memorable, donde cada elemento –material, forma o luz– cumple un rol específico en la narrativa. Las formas curvas que recortan los paneles de madera contrachapada no son meramente decorativas: reflejan movimiento, suavidad y vida orgánica, haciendo eco de los ingredientes naturales que definen la oferta de la marca. La elección de materiales sin revestimientos artificiales refuerza la honestidad del concepto: nada oculto, nada innecesario.
Se logró una integración equilibrada entre estética y operación, donde la circulación del usuario es fluida, intuitiva y cómoda. Desde el enfoque del cliente, la experiencia es envolvente: el recorrido visual inicia con la marca retroiluminada, sigue con las formas escultóricas del fondo y finaliza en el producto mismo, dispuesto de forma accesible, limpia y directa. Desde el enfoque del operador, se optimizó el uso del espacio: los flujos internos, la visibilidad, el almacenamiento oculto y la zonificación permiten un trabajo ágil, limpio y eficiente.
En términos sensoriales, el proyecto transmite calma y frescura: la paleta de colores neutros y pasteles, la calidez controlada de la madera natural y la iluminación tenue generan una pausa visual en un entorno donde abundan estímulos agresivos. Este equilibrio posiciona al local como un oasis, como una burbuja de naturaleza dentro del hormigón.
A nivel de branding, la arquitectura se convierte en un portavoz silencioso del mensaje de la marca. natoo no necesita gritar su propuesta; el espacio habla con coherencia, honestidad y serenidad. Es diseño estratégico que vende sin ser invasivo. Es arquitectura comercial consciente.

